11 de noviembre de 2013

¿Van llegando las invernantes?

Durante los meses de otoño nos visitan unos viajeros venidos del norte de Europa: las aves invernanantes.
Multitud de anátidas como los ánsares o las grullas dibujan el cielo con flechas volantes con dirección a los cuarteles de invierno en España. Se cuentan a miles en Gallocanta, Doñana, Villafáfila...
Concretamente en este último paraje, las lagunas salinas de Villafáfila, son testigos cada año por estas fechas de la llegada de grandes bandos de estas aves. Durante la noche pernoctan en la seguridad de las balsas de agua de la Reserva. Al amanecer despegan en ruidosos bandos con dirección a los comederos situados en los encinares del cercano Embalse de Ricobayo, praderas, tierras de labor, secarrales... para comer. Muchas veces se alejan menos y permanecen en las cercanías compartiendo el espacio con las avutardas, que por cierto, en este lugar se sitúa la población más abundante de toda Europa.
Cuando cae la tarde, justo cuando el sol toca el horizonte y el cielo se tiñe de ocre, nuestras protagonistas, los ánsares y las grullas, regresan de nuevo a las lagunas en ruidosos bandos audibles a varios kilómetros. Un espectáculo este de la entrada de estos bandos a las lagunas que cada vez atrae a más gente a observarlo.
Sin duda en digno de ver. Van entrando de todos los lugares. Los graznidos se mezclan con el ruido de los obturadores de las cámaras...
Pero este año es diferente. A estas alturas del año en que estamos ya deberiamos contemplar las siluetas de vuelo recortadas sobre el poniente, pero todavía hay muy pocas en la reserva. Este fin de semana tan sólo unos 400 ánsares y algo menos de grullas. ¿El motivo? En el norte de Europa no ha llegado el frío de verdad. Muchas esperan allí hasta la bajada considerable de temperaturas y se animen a iniciar el viaje.
Por ahora sólo nos podemos conformar en la Reserva con algunos pequeños bandos que entran al anochecer. Habrá que espetar a últimos de mes o ya en diciembre para ver los 10.000 ánsares y otros varios miles de grullas que suelen visitar este paraje.

Temporada de setas

Estamos en otoño, esa época del año de árboles amarillos y alfombras de hojas, de nieblas y primeras lluvias postveraniegas. Días cambiantes de cielos nublados y despejados, días de humedad que propician la aparición de setas, los frutos del micelio.